Gabriela Trillo Aguilar / redaccion@construarte.com.ve
El queso es uno de los ingredientes más utilizados en la cocina del mundo, la variedad de sabores, texturas y colores que contiene este alimento a base de leche, atrae tanto a chefs como a comensales.
La elaboración del queso depende de distintos procesos, según el tipo, que le otorgan sabores más o menos intensos, y determinan su suavidad o dureza.
Además de ser un complemento perfecto para algunas preparaciones, el queso es ideal para disfrutarlo solo sin más acompañante que una copa de vino.
Existe una variedad de quesos casi infinita provenientes de todo el mundo. Sin embargo, los más comunes pueden dividirse en 5 grupos.
Tipos de quesos
Quesos curados o de pasta prensada
Son aquellos que necesitan ser añejados por un tiempo mediante un proceso que elimina el suero, es decir, los seca. Esto con el objetivo de obtener una textura más dura. Algunos de estos quesos son el Manchego, Pecorino, Parmesano y otros.
Quesos frescos
Estos son exquisitos al paladar gracias a su suavidad y frescura, que son características típicas del queso Mozzarella, Ricotta, Mascarpone y de Burgos, solo por nombrar algunos. La elaboración de ellos es muy sencilla, debido a que solo depende de un proceso de cuajado de 24 horas, por lo que el resultado es un queso húmedo.
Quesos cremosos o de pasta blanda
El Camembert, rulo de cabra, Brie y el Taleggio son unos de los quesos que pertenecen a este grupo; en el que la textura cremosa es protagonista acompañada de una corteza blanca. Por lo general, se consumen con pan y tostadas.
Quesos azules
Esta categoría de quesos es conocida por muchos; gracias a la intensidad de sus sabores y su aspecto inconfundible de mohos verdes azulados. Son ideales para preparar salsas y acompañar carnes. Unos de los más populares son el Cabrales, Roquefort y el Gorgonzola.
Quesos cocidos
Son quesos curados que se calientan a 50ºC durante la cuajada para acelerar la eliminación de suero. Son los que comúnmente se emplean para rellenar sándwiches; hacer fondues y entre otros, debido a su elasticidad. El queso Gouda es un ejemplo.
Además de los mencionados, hay una variedad de quesos que vale la pena degustar, ya sea en una preparación culinaria o como simple aperitivo de tarde.