El futuro de la impresión 3D podría hacer que la tecnología de cambio de color transforme la industria textil y los guardarropas. Esto será posible gracias al trabajo del laboratorio de ciencia de la computación e inteligencia artificial del MIT que están introduciendo un nuevo tipo de tinta imprimible que permite volver a colorear objetos 3D después de que se hayan impreso.
El proceso, conocido como Colorfab, funciona mediante el uso de tintes base y tintes adaptables a la luz o “fotocromáticos” que aparecen solo cuando se exponen a la luz ultravioleta.
El método, desarrollado por el científico informático líder Stefanie Mueller en CSAIL de MIT, combina una interfaz de impresión 3D donde los usuarios pueden crear el objeto que desean junto con una capa de tinta de cambio de color. Mediante el uso de la interfaz Colorfab, las personas pueden seleccionar áreas del objeto antes de activarlas con luz UV.
Colorfab mejora las fórmulas anteriores de tintas fotocromáticas que solo pueden activar un color y solo cuando se exponen a la luz ultravioleta. El método de Mueller consiste en pintar un patrón denso multicolor en objetos y luego activar o desactivar selectivamente ciertos colores con luz. La tinta también puede mantener su color después de que la fuente de luz se apaga.
El sistema Colorfab está diseñado específicamente para trabajar con la precisión de las impresoras 3D, donde las tintas fotocromáticas no se han usado antes.
Una vez que se haya perfeccionado el método, la tecnología podría desarrollarse para su uso en la industria de la confección y, finalmente, ayudar a reducir los desperdicios producidos por las empresas mediante la creación de varias opciones en un solo producto.
Desde objetos útiles, prótesis e incluso pisos, sin lugar a dudas, las posibilidades con la impresión 3D son infinitas y muchas aún están por verse.
Fuente: designboom