Cuando la ingeniería y la música se encuentran: carreteras musicales

Para todo aquel que no las conozca, las carreteras musicales son tramos en los que instalan una serie de ‘irregularidades’ específicamente separadas entre sí para que, a la velocidad indicada por las señales de tráfico, suene una melodía producida por el paso de los neumáticos sobre estas bandas sonoras.

Cortesía- Adhara Ojeda/ construarte.com.ve

Cuando la ingeniería y la música se encuentran: carreteras musicales de Japón. Un ingeniero japonés llamado Shizuo Shinoda estaba trabajando con una excavadora cuando raspó por accidente la carretera con la pala de la máquina dejando algunos surcos. Más tarde, cuando pasó por encima de las marcas, se dio cuenta de que la vibración producida en su vehículo podía ser escuchada como una melodía.

A raíz de esto, en 2007, un equipo de ingenieros del Instituto de Investigación Industrial de Hokkaido construyó una serie de carreteras musicales en Japón. Estos caminos tienen marcas cortadas a intervalos específicos a lo largo de la superficie de la carretera. Dependiendo de cuán anchos sean los surcos y qué tan profundos sean, un vehículo en movimiento sobre ellos producirá una serie de notas altas o bajas, lo que permite  crear distintas melodías.

Aparte de carteles a los bordes de las vías, las calles están pintadas con notas musicales de colores en la superficie para avisar a los conductores que se adentran en un interludio musical.

Las marcas están hechas en los extremos de la carretera, cerca de la acera, y no en el centro, por lo que los conductores tienen la opción de ir sobre ellas o evitarlas. Esto, con el fin de escuchar las melodías, se necesitan para mantener las ventanas del vehículo  abajo y conducir a no más de 30 kilómetros por hora, manteniendo al menos una rueda sobre las marcas para escuchar la melodía. Si se conduce demasiado rápido, sonará como una cinta en avance rápido, y si se conduce demasiado lento, tendrá el efecto contrario.

 

El primer camino musical, sin embargo, no fue japonés, fue creado en Gylling, Dinamarca, por dos artistas daneses, Steen Krarup Jensen y Jakob Freud-Magnus, en octubre de 1995, y se llama Asphaltophone.

Para vivir esta experiencia, el equipo de Porsche probó el modelo 718 Cayman a las afueras de Nakanojō, a tres horas de Tokio. Cuarenta kilómetros por hora, 40 exactos. De pronto, da comienzo el canto de las ruedas. La carretera musical premia al conductor por su respeto a la legislación vial con una canción.

La canción no podía ser otra que Itsumo Nando Demo, el tema de cierre de la película animada El viaje de Chihiro. Aunque no lo creas, en Japon hay 33 carreteras que apuestan por la educación vial mediante buenas vibraciones.

Pero, ¿cómo se logra esto? Una serie de ranuras transversales fresadas a intervalos variables sobre el asfalto producen una melodía al rodar por encima de ellas: a mayor distancia entre ranuras, más bajos los tonos. Un placer auditivo de apenas 30 segundos de duración. Lo justo para tararear la canción y transportarse momentáneamente a la infancia.

Pero hay otras. La canción de la carretera Fuji-Subaru que asciende al Fuji, el más célebre de los volcanes de Japón, es una oda a su grandeza. Los conductores de los alrededores de Kusatsu, aproximadamente 40 kilómetros más allá de Nakanojō, pueden disfrutar de un homenaje en forma de canción al duro y grácil arte de las mezcladoras de aguas termales con sus maderos a modo de remos. De esta manera, manejar un Porsche 718 Cayman por las carreteras musicales japonesas se vuelve todo un sueño hecho realidad.