Isabella Marinelli C. / redaccion4@construarte.com.ve
Las inquietudes artísticas se despertaron en Fernando Escalona desde temprana edad. Se le hace difícil definir con exactitud la fecha en que comenzó todo. Sabe que a los 9 años ya estaba encaminado en el mundo de la pintura, pues posee cuadros que pintó a tan temprana edad. Sin embargo, el momento preciso en el que las acuarelas se convirtieron en su pasión, se ha desvanecido en el tiempo. Tal vez el recuerdo se encuentra difuminado por una nube de color. O por el recorrer de las agujas del reloj.
Asegura con alivio que sus padres siempre lo apoyaron en su transitar por el mundo artístico. De modo que empezó a formarse a los 11 años y desde los 18 vive de sus obras. Pero no todo fue tan sencillo. Escalona se vio forzado a abandonar la Escuela de Arquitectura por problemas económicos. Si bien el estudio de la carrera lo ayudó notablemente en las composiciones y presentación de las obras, se sintió libre cuando decidió ser un artista en horario completo. No obstante, le agradece a la arquitectura haberse convertido en la base fundamental de su formación como artista.
Escalona nació el 25 de agosto de 1996. Es barquisimetano, recibió clases en los talleres libres de la Escuela de Artes Plásticas Martín Tovar y Tovar de su ciudad natal. Confiesa, no obstante, que nunca le gustó estudiar artes formalmente. Esta renuencia se debe a una experiencia en su infancia, en la que una profesora le reclamó por haber pintado un cielo rojo. ¡Los cielos no son rojos!, protestó. Desde entonces, el joven pintor evitó cualquier curso o taller de arte. Pero no dejó de crear.
Abstracción y colores patrios
Escalona se esfuerza continuamente por emplear los colores de su bandera. De manera que el amarillo, azul y rojo y sus combinaciones son casi omnipresentes en su quehacer artístico. Para él, es importante enfatizar la cultura venezolana. Por ese motivo, le gusta intervenir instrumentos característicos de la música de su país tales como la mandolina y el cuatro. Más allá de eso: encuentra fascinante darle vida y alma a los objetos cotidianos. Utensilios de cocina e implementos deportivos son solo algunas de las cosas que disfruta de transformar con su trabajo.
Pero al pintor también le llaman la atención los atardeceres y los colores tan bonitos que se plasman en el cielo cuando cae la noche. Como referentes artísticos estudió la obra de Salvador Dalí y Van Gogh. Actualmente manifiesta sentirse influenciado por figuras que han colaborado a lo que él mismo llama su crecimiento constante como artista. En este sentido, resalta su padre, Alexander Escalona, César Biojo, Antonio Villarán y muchos más.
Está lejos de considerarse a sí mismo un pintor tradicional. Le huye a los pinceles y los caballetes: pone el lienzo en el suelo y empieza a desarrollar su creación. Usa espátulas. Prefiere entrar en un trance creativo de la mano de los ritmos y notas musicales, que lo inspiran a encontrarse con ideas y sentimientos que más tarde plasma en las obras.
Trayectoria y exhibiciones
Ha participado en exposiciones colectivas como “Así te quiero Venezuela”, en la galería de arte del C.C. Guaparo Valencia, “Desidia”, “Embotellamiento” y “Artistas solidarios con Palestina”, así como también un homenaje José Luis Pietrini, en el Museo Mateo Manaure. Así como también en el XXI Festival Folclórico Guarapiche.
Si bien aún no ha recibido ningún premio por su trabajo, entiende que la mejor recompensa que ha obtenido es la relación con importantes personajes en el mundo artístico. Asimismo, recuerda a su primera exposición artística con gran emoción y como una señal de que lo mejor estaba por venir. Poco a poco, más y más proyectos se van gestando.