Una visita guiada por el Louvre

El Museo del Louvre es el museo nacional de Francia consagrado al arte anterior al impresionismo, tanto bellas artes como arqueología y artes decorativas.

El Louvre en Francia es considerado uno de los museos más grandes del mundo, así que, a menos que uno disponga de varias jornadas para recorrerlo, es importante planificar muy bien la visita para disfrutar de las obras más impresionantes y significativas que expone en sus salas.

Adhara Ojeda- cortesía/ redaccion@construarte.com.ve

Para que no te pierdas entre los miles de objetos expuestos de este centro museístico de Louvre en París, te recomendamos qué ver si visitas el Louvre y nos aseguramos de que no regreses sin haber contemplado La Gioconda.

Debes saber que el Louvre se encuentra dividido en varios sectores, que vale la pena que conozcas para que te orientes con facilidad: el Hall de Napoléon, el entresuelo, la planta baja, la primera planta y la segunda planta. Además, cada una de ellas se divide en tres alas comunicadas entre sí: el Ala Denon, el Ala Richelieu y el Ala Sully.

El escriba sentado

El escriba sentado. Foto: cortesía

Una de las estatuas egipcias más representativas del Imperio Antiguo es El escriba sentado. Realizada en cristal de roca, piedra caliza, cobre y magnesita, representa a un escriba anónimo que porta un papiro y un pincel entre sus manos. Se expone en la sala 635 de la planta primera, en el Ala Sully. En la sala 638, también podrás contemplar la delicada escultura de Akenatón y Nefertiti de la mano.

En el entresuelo, en la sala 102, no puedes perderte el hermoso conjunto escultórico en mármol de Carrara Los caballos de Marly, obra de Guillaume Coustou. También aquí vale la pena conocer el propio pasado del museo, ya que pueden contemplarse los restos del castillo medieval y del antiguo palacio en el Pabellón del Reloj (sala 133).

Los caballos de Marly

Los caballos de Marly, obra de Guillaume Coustou. Foto: cortesía.

En la planta baja, se suceden las antigüedades orientales, griegas, egipcias, etruscas y romanas. Entre ellas, destaca el Código de Hammurabi (1750 a.C.), una tabla de la ley inscrita en una impresionante piedra basáltica, de más de dos metros y medio de alto, que podrás contemplar en la sala 227 del Ala Richelieu.

De igual modo, en la sala 229, no dejes de asombrarte ante Los toros alados de Khorsabad (721-725 a. C.), una colosal figura del Imperio Asirio, y en el Ala Sully la colosal Estatua de Ramsés II (sala 324).

La Gioconda

La Gioconda, de Leonardo da Vinci. Foto: cortesía

Probablemente, La Gioconda, de Leonardo da Vinci, sea la obra de arte más famosa del Louvre. Millones de personas se acercan cada año hasta el museo para contemplarla, por lo que puede resultar un poco decepcionante si tu visita coincide con mucha gente atiborrando el espacio con móvil en mano. No obstante, la visita vale la pena.

También conocida como La Mona Lisa, se encuentra en la sala 711 de la primera planta del edificio, en el Ala Denon. En este primer piso se exponen además antigüedades egipcias, griegas, etruscas y romanas y la pinacoteca cuenta con obras de arte italianas y españolas. Aquí también puedes contemplar el enorme lienzo Las bodas de Caná de Paolo Caliglari.

La Libertad guiando al pueblo de Delacroix

La Libertad guiando al pueblo de Delacroix. Foto: cortesía.

En la sala 700 del Ala Denon, en la primera planta, se encuentra uno de los cuadros más famosos del museo: La Libertad guiando al pueblo de Delacroix, con 2,60 metros de alto y 3,25 metros de ancho. Aunque con frecuencia el imaginario popular relaciona esta obra con la Revolución Francesa, no fue la revuelta a la que se refería el pintor, sino que evoca la revolución acaecida en 1830.

La encajera de Vermeer

La encajera de Vermeer. Foto: cortesía.

Si subes a la segunda planta, encontrarás la parte del museo dedicada a la pintura francesa, alemana y de los Países Bajos. Entre sus obras, destaca La encajera de Vermeer, expuesta en la sala 837 del Ala Richelieu.

También en el Ala Richelieu puedes visitar la Galería Médicis, en la sala 801 de la segunda planta, dedicada a Pedro Pablo Rubens, donde se exponen 24 óleos, pintados entre 1622 y 1625, que seguro te deleitarán.

La Victoria de Samotracia

La Victoria de Samotracia. Foto: cortesía

Esta es otra de esas esculturas que deja sin habla a quien la contempla. La Victoria de Samotracia, cuyo nombre proviene del lugar en el que se encontró en Grecia, en 1863, mide casi dos metros y medio y representa a la diosa Niké. Está situada en el descansillo de la escalera Daru, sala 703 del Ala Denon. Junto a La Gioconda y La Venus de Milo, son  consideradas “las tres grandes damas del museo del Louvre”.

La tumba del senescal

La tumba del senescal. Foto: cortesía.

También en el Ala Richelieu se encuentra la Sala Philippe Pot (sala 210), en la que es posible ver la impactante tumba del senescal del mismo nombre, cuyo realismo asombra a todo aquel que la contempla.

La Venus de Milo

La Venus de Milo. Foto: cortesía.

Una de las esculturas griegas más famosas del mundo es la que representa a la diosa Afrodita. La Venus de Milo (110 a. C.) mide más de dos metros por lo que te impresionará su tamaño al verla, ya que las fotografías no le hacen justicia. Se localiza en la sala 345, en el Ala Sully, de la planta baja. No abandones esta sin ver en el Ala Denon Los esclavos de Miguel Ángel (sala 403).